Derecho de visita

Derecho de visita

La importancia del derecho de visita

El derecho de visita ocupa un lugar importante en el ordenamiento jurídico suizo desde hace muchos años.
Histórica y socialmente, estos derechos han evolucionado en respuesta a los cambios en las estructuras familiares y las actitudes sociales respecto a las funciones de padres e hijos.
En el pasado, la separación o el divorcio solían conllevar la ruptura de las relaciones entre el progenitor no custodio y su hijo.
Sin embargo, con la evolución de las normas sociales y el reconocimiento de la importancia de mantener las relaciones con ambos progenitores, la legislación suiza ha ido incluyendo progresivamente disposiciones para garantizar la continuidad de estas relaciones.

En el contexto del divorcio o la separación, los derechos de visita son cruciales, ya que permiten al menor mantener una relación significativa con el progenitor que no tiene la custodia.
Los estudios han demostrado que el mantenimiento de estas relaciones puede repercutir positivamente en el bienestar del menor y contribuir a su desarrollo equilibrado.
En consecuencia, los tribunales suizos, así como los padres, prestan especial atención al establecimiento de un régimen de visitas que sirva lo mejor posible a los intereses del menor.

Definición del derecho de visita

El derecho de visita es un concepto clave en el derecho de familia suizo, que requiere una definición y un alcance claros.
Son distintos del derecho de custodia, aunque a menudo se discuten juntos.
Mientras que el derecho de custodia se refiere a la responsabilidad principal sobre el menor, incluidas las decisiones sobre educación y bienestar, el derecho de visita se refiere específicamente a la capacidad del progenitor que no tiene la custodia de pasar tiempo con el menor.

Esta distinción es esencial, ya que reconoce que, aunque un progenitor no tenga la custodia principal, sigue teniendo un papel importante en la vida del menor.
Así pues, el derecho de visita sirve como mecanismo legal para mantener y alimentar la relación paterno-filial tras la separación o el divorcio.

Los principales interesados en el derecho de visita son los padres, los hijos y las autoridades competentes, incluidos los tribunales.
El marco jurídico lo establece principalmente el artículo 273 del Código Civil suizo (CC), que esboza los principios rectores del ejercicio de estos derechos.
Establece que el progenitor que no tiene la custodia tiene derecho a visitar al menor, salvo que sea contrario al interés superior de éste.

La definición y aplicación de los derechos de visita en Suiza se rigen por la intención de preservar la relación entre el menor y el progenitor no custodio, garantizando al mismo tiempo que el interés superior del menor siga siendo primordial.

Asignación de derechos de visita

La asignación del derecho de visita en Suiza es una cuestión compleja, que requiere un análisis delicado e individualizado de cada situación familiar.
A diferencia de un derecho rígido y uniforme, la asignación del derecho de visita suele adaptarse a las circunstancias específicas de cada familia.
Los criterios para determinar los derechos de visita pueden incluir consideraciones como la edad del menor, la distancia geográfica entre las residencias de los padres, la capacidad del progenitor no custodio para cuidar del menor y los deseos del menor, si tiene edad para expresarlos.

En Suiza, el reparto de las visitas puede determinarse mediante un acuerdo privado entre los progenitores o mediante intervención judicial.
Se anima a los padres a encontrar una solución mutua que tenga en cuenta las necesidades e intereses del menor.
Sin embargo, si no es posible llegar a un acuerdo amistoso, los tribunales pueden intervenir para establecer un régimen de visitas.
En estos casos, la decisión se basa en el interés superior del menor, principio rector del derecho de familia suizo.

El régimen de visitas puede clasificarse como ordinario o extraordinario.
La asignación ordinaria suele referirse a un régimen de visitas regular y estructurado, a menudo establecido durante la separación o el divorcio.
La asignación extraordinaria puede darse en situaciones más complejas, en las que circunstancias excepcionales hacen necesaria una adaptación o modificación del régimen de visitas estándar.

La opinión del niño

La opinión del menor desempeña un papel importante a la hora de determinar los derechos de visita en Suiza.
Este planteamiento se ajusta a la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, que estipula que los niños capaces de formarse sus propias opiniones tienen derecho a expresarlas en todos los asuntos que les afecten.

En Suiza, no hay una edad legalmente fijada a partir de la cual se considere que un niño tiene el discernimiento necesario para expresar una opinión válida.
En su lugar, la capacidad del menor para formarse una opinión con conocimiento de causa se evalúa caso por caso.
Los jueces, a menudo asistidos por expertos, evalúan si el menor tiene suficiente discernimiento y si su opinión puede tenerse en cuenta en la decisión sobre el régimen de visitas.

Los métodos para recabar la opinión del menor pueden variar y pueden incluir entrevistas con un juez, un psicólogo o un mediador familiar.
El objetivo es crear un entorno en el que el menor pueda expresarse libremente, sin presiones ni influencias indebidas de los padres u otros adultos.

Aunque la opinión del menor se tiene en cuenta, no es necesariamente decisiva.
El juez debe sopesar la opinión del menor frente a otros factores, como el bienestar general del menor, la capacidad del progenitor para satisfacer las necesidades del menor y la continuidad y estabilidad de las relaciones.
La opinión del menor se integra en una evaluación más amplia del interés superior del menor.

Sin embargo, este enfoque no está exento de críticas.
Algunos cuestionan la capacidad del menor para expresar una opinión imparcial, especialmente en contextos en los que los padres pueden tener intereses contrapuestos.
Otros destacan la importancia de proteger al menor de posibles presiones para que elija entre sus padres.

Cercanía personal (artículo 273 CC)

El artículo 273 del Código Civil suizo establece la noción de cercanía personal como principio fundamental para regular el derecho de visita.
Este concepto reconoce que mantener una relación estrecha y continua entre el menor y el progenitor no custodio es esencial para el bienestar emocional y el desarrollo del menor.

La proximidad personal va más allá de la mera interacción física o presencia en la vida del niño.
Abarca una relación más profunda caracterizada por el afecto, la comprensión, la comunicación y el apoyo.
Puede incluir la participación en actividades compartidas, la creación de recuerdos duraderos y la construcción de una relación de confianza y respeto mutuo.

El principio de proximidad personal guía la organización y aplicación de los derechos de visita.
Fomenta acuerdos que permitan al progenitor no custodio desempeñar un papel activo y significativo en la vida del menor, aunque no resida con él.
La frecuencia y duración de las visitas, los acuerdos sobre vacaciones y ocasiones especiales y otros aspectos de las visitas están diseñados para fomentar y mantener esta cercanía.

Al mismo tiempo, la cercanía personal debe equilibrarse con otras consideraciones importantes, como el entorno vital estable del menor y la capacidad del progenitor no custodio para ejercer el régimen de visitas de forma que apoye el interés superior del menor.
Si el progenitor no custodio no puede mantener una relación sana y positiva con el menor, o si la cercanía personal se ve comprometida por otros factores, puede ajustarse el régimen de visitas.

Restricción y cese del derecho de visita

Restringir o poner fin a los derechos de visita son medidas serias que sólo se adoptan en circunstancias excepcionales.
Estas medidas se rigen por el principio del interés superior del menor, que es fundamental en el Derecho de familia suizo.

El derecho de visita puede restringirse cuando las visitas sin restricciones sean perjudiciales para el menor.
Esta restricción puede ser temporal o permanente y puede adoptar diversas formas, como reducir la frecuencia de las visitas, exigir visitas supervisadas o imponer determinadas condiciones durante las visitas.
Suele utilizarse en respuesta a problemas como la negligencia o el incumplimiento de las normas sobre visitas.

El cese, una medida aún más extrema, se produce cuando la continuación de las visitas supone un grave peligro para el menor, como en casos de violencia o malos tratos.
El cese del derecho de visita significa que el progenitor que no tiene la custodia pierde por completo el derecho legal a ver al menor.
Al igual que las restricciones, el cese no se toma a la ligera y requiere una evaluación exhaustiva y una justificación sólida.

En conclusión, aunque los derechos de visita son un principio fundamental del derecho de familia suizo, pueden restringirse o incluso suprimirse en determinadas circunstancias.
Estas medidas se adoptan con gran cautela y siempre se guían por el interés superior del menor.
Reflejan una comprensión matizada de la necesidad de equilibrar el derecho del progenitor no custodio a mantener una relación con el menor y la responsabilidad primordial de proteger la salud, la seguridad y el bienestar del menor.

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