Nivel mínimo de subsistencia en el cobro de deudas

Nivel mínimo de subsistencia en el cobro de deudas en Suiza

El nivel mínimo de subsistencia, en el marco del derecho suizo de cobro de deudas, es un concepto clave destinado a garantizar un nivel de vida digno al deudor, equilibrando al mismo tiempo los intereses del acreedor.
Representa una cantidad de dinero inalienable que el deudor debe conservar para cubrir sus necesidades esenciales, incluso en caso de embargo de ingresos.
Este concepto refleja el compromiso de Suiza con la protección de los derechos humanos y la dignidad de cada individuo, independientemente de su situación económica.

El nivel mínimo de subsistencia en Suiza se rige principalmente por dos textos legislativos.
Por un lado, el Código de Obligaciones (CO) contiene disposiciones generales relativas a las obligaciones contractuales entre las partes.
Por otro, la Ley Federal de Cobro de Deudas y Quiebras (LP) regula específicamente los procedimientos de cobro de deudas y quiebras, incluidas las normas relativas al nivel mínimo de subsistencia.
Además, la legislación cantonal también puede desempeñar un papel, ya que los matices cantonales específicos pueden influir en la aplicación del nivel mínimo de subsistencia, sobre todo en lo que respecta a su cálculo.

El objetivo principal del nivel mínimo de subsistencia es proteger la existencia económica básica del deudor.
Al garantizar una cantidad inalienable para necesidades vitales como la alimentación, la vivienda, la asistencia sanitaria y la educación, la ley asegura que el deudor pueda seguir viviendo con dignidad a pesar del proceso de cobro de la deuda.
Esto pone de relieve la filosofía suiza de protección social y responsabilidad individual.
Al mismo tiempo, el concepto trata de equilibrar los derechos del acreedor, permitiendo el cobro de la deuda siempre que no vulnere los derechos fundamentales del deudor.
En este contexto, el nivel mínimo de subsistencia actúa como mecanismo de equilibrio entre el derecho del acreedor a cobrar deudas y el derecho del deudor a mantener un nivel de vida básico.

Cálculo del nivel mínimo de subsistencia en el cobro de deudas

Calcular el nivel mínimo de subsistencia requiere una evaluación exhaustiva de varios componentes.
Se incluyen las necesidades vitales, como la alimentación, la vivienda, la ropa y los gastos de calefacción, que son esenciales para garantizar un nivel de vida básico.
También se tienen en cuenta los gastos profesionales, como los gastos de transporte y los relacionados con el empleo.
Otro aspecto crucial del cálculo son los seguros sociales y los gastos sanitarios, que garantizan la protección frente a riesgos importantes como la enfermedad y la invalidez.
También pueden existir diferencias cantonales en el cálculo del nivel mínimo de subsistencia, que reflejen las variaciones regionales del coste de la vida y otros factores específicos.

La metodología para calcular el nivel mínimo de subsistencia varía en función de las circunstancias individuales y puede implicar un enfoque normalizado o individualizado.
El enfoque estandarizado aplica normas generales basadas en criterios como el tamaño del hogar y el lugar de residencia.
En cambio, el enfoque individualizado permite una evaluación más detallada de las necesidades y gastos específicos del deudor.
En ambos casos, el objetivo es garantizar que el nivel mínimo de subsistencia sea suficiente para cubrir las necesidades esenciales sin ser excesivo.
El examen de las decisiones judiciales pertinentes también puede informar sobre la metodología de cálculo, al proporcionar precedentes y directrices.

Ciertos casos especiales requieren una atención particular a la hora de calcular el nivel mínimo de subsistencia.
Por ejemplo, los deudores con personas a su cargo, como niños o ancianos, pueden requerir ajustes para tener en cuenta sus necesidades adicionales.
Del mismo modo, situaciones excepcionales como una enfermedad grave o una discapacidad pueden requerir una evaluación más matizada del nivel mínimo de subsistencia para reflejar el aumento de los costes y las necesidades asociadas a estas condiciones.

Impugnación del nivel mínimo de subsistencia

En algunas circunstancias, el deudor puede impugnar la cantidad fijada como nivel mínimo de subsistencia si considera que se ha calculado de forma inadecuada.
La impugnación puede iniciarse por vía judicial, lo que suele requerir que el deudor presente una reclamación ante la autoridad competente.
Los requisitos de prueba desempeñan un papel crucial en este proceso.
El deudor debe aportar pruebas convincentes para justificar los ajustes del nivel mínimo de subsistencia, como documentos que demuestren gastos excepcionales, necesidades médicas específicas u otras circunstancias que requieran una reevaluación de la cuantía.

El acreedor también puede impugnar el nivel mínimo de subsistencia.
En estos casos, el acreedor puede alegar que el deudor ha facilitado información incorrecta o incompleta sobre sus ingresos o gastos, o que posee bienes no declarados.
La base jurídica de tal impugnación debe estar bien establecida, y el acreedor debe aportar pruebas suficientes para respaldar su reclamación.
Las pruebas de bienes ocultos o propiedades no declaradas pueden incluir extractos bancarios, documentos fiscales u otros materiales justificativos.
Una impugnación exitosa por parte del acreedor puede dar lugar a una revisión del nivel mínimo de subsistencia fijado para el deudor.

Repercusiones sociales y económicas del nivel mínimo de subsistencia

El nivel mínimo de subsistencia desempeña un papel crucial en la protección de los deudores frente a la pobreza extrema.
Al garantizar un nivel de vida básico, preserva la dignidad humana y evita que los deudores caigan en la indigencia total.
También permite que los deudores se rehabiliten económicamente, dejándoles recursos suficientes para buscar empleo, recibir formación o crear una empresa.
Por tanto, el nivel mínimo de subsistencia actúa como un salvavidas para los deudores, permitiéndoles seguir siendo miembros activos y productivos de la sociedad.

Por otra parte, el nivel mínimo de subsistencia también influye en la capacidad del acreedor para cobrar las deudas.
Al establecer un límite sobre lo que se puede embargar, protege a los deudores, pero también puede restringir las opciones de que disponen los acreedores para cobrar sus deudas.
En algunos casos, esto puede hacer que el proceso de recuperación sea más largo y costoso.
No obstante, equilibrar la protección del deudor es una preocupación fundamental, que refleja los principios de justicia social subyacentes en el sistema jurídico suizo.

El concepto de nivel mínimo de subsistencia encaja en una perspectiva económica y social más amplia.
Contribuye a la estabilidad económica evitando que los deudores caigan en la pobreza y ayudándoles a mantenerse económicamente activos.
Además, ajusta el ordenamiento jurídico suizo a las normas internacionales de derechos humanos, garantizando que los deudores no se vean privados de los medios básicos de subsistencia, ni siquiera durante el cobro de la deuda.
Así pues, el nivel mínimo de subsistencia refleja no sólo una preocupación jurídica y económica, sino también un valor social y ético profundamente arraigado en la sociedad suiza.

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